Piel sensible, reglas principales a seguir si tu piel es delicada y reactiva

La piel sensible es muy exigente e implica muchos desafíos. Tiende a estar “malhumorada” y es difícil prever los posibles agresores. Afortunadamente, una vez que aprendes a cuidarla, eres capaz de reducir la propensión a las irritaciones y mejorar en gran medida su estado. Si tu cara también reacciona a factores externos, averigua cómo acondicionar la piel sensible.

¿Cómo sabes que tu piel es sensible?

Enrojecimiento, descamación, sequedad, sensación de ardor, sensación de tirantez, picor, son síntomas típicos de la piel sensible y reactiva. Cada una de las señales te informa del proceso de inflamación que está comenzando o en curso. La intensidad de los síntomas depende de un factor desencadenante que causa hipersensibilidad. Si se trata de una afección cutánea y no solo de una reacción alérgica cosmética, entonces el síntoma es más intenso.

Nota: la piel sensible se enrojece incluso por el estrés, la dieta, el cambio de temperatura y el período mensual. Es común el enrojecimiento repentino, y la sensación de piel tirante y con hormigueo después de usar un producto inadecuado.

¿Qué causa la sensación de ardor?

En la mayoría de los casos la sensibilidad excesiva es genética, pero puede estar relacionada con algunas condiciones de la piel como la dermatitis atópica, la seborrea, la rosácea. Está relacionada con la estructura de la epidermis o sus daños. A veces, la piel sana se sensibiliza y reacciona a factores que antes no causaban ninguna reacción. Esto sucede cuando se debilita la piel por un cuidado equivocado y a largo plazo. La piel reactiva también puede estar relacionada con el desequilibrio hormonal.

¿Qué es lo que no le gusta a la piel sensible?

Tanto los factores externos (factores exógenos) como los relacionados con el funcionamiento del cuerpo (factores endógenos) perjudican a la piel sensible. Esto es lo que hace que el cuidado de la piel sensible sea tan difícil. Los numerosos agentes dañinos incluyen condiciones climáticas (viento, clima helado, cambios de temperatura), agua dura, productos cosméticos, movimientos de frotamiento, alergias a los alimentos. Afortunadamente, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a tu piel sensible.

¿Cómo cuidar la piel sensible?

La elección de los cosméticos adecuados es la clave del éxito. Utiliza en la farmacia productos especiales para pieles sensibles, reactivas, atópicas o con cuperosis, así como aceites naturales que restauren el equilibrio hidrolipídico, protejan, curen y alivien la piel. El aceite de almendras dulces es el aceite más suave.

Busca productos libres de sustancias y aromas irritantes. Usa productos que fortalezcan la piel y reduzcan el enrojecimiento, previniendo la inflamación al mismo tiempo.

El cuidado de la piel sensible en un par de simples pasos

  1. Utiliza mousses de limpieza suave y agua micelar basados en ingredientes que calman la piel y protegen contra los agresores externos.
  2. Tu crema de día debe proteger la piel de los factores externos y la luz del sol, por lo que debe tener un mínimo de 20 SPF. Lo ideal es usar un bloqueador solar físico porque es más sensitivo para la piel que los químicos.
  3. Tu crema de noche debe reparar intensamente la piel y aliviar las irritaciones.
  4. Una vez a la semana usa una exfoliación de enzimas delicada, que disuelve los enlaces entre las células muertas, pero no lo hace de forma invasiva. Después de la exfoliación, usa una mascarilla calmante para la piel.

Los principales errores en el cuidado de la piel sensible

  • Frotar la piel.
  • Usar productos fuertes.
  • Usar unas cuantas cremas diferentes al mismo tiempo.
  • Cambiar los productos con demasiada frecuencia.
  • Experimentar con nuevos cosméticos.
  • Usar hierbas sin consulta médica.

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